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Nació en Guanta, Edo Anzoategui en 1.948, muere en Caracas el 24 de marzo de 2.010 Profesor graduado en el Instituto Pedagógico de Ccs Especialista en Historia y Geografía. Abogado. Postgrado en Dcho Administrativo. Experto en Dcho Municipal. Diplomado en Dcho Marítimo. Miembro del Colegio Nacional de Abogados. Periodista. Especialidad en Periodismo Corporativo. Miembro del CNP Estudios de Ciencias Políticas. UCV Productor Nacional Independiente Nº4.250 MCI. Locutor Certificado MTC.Nº 10.862. Presidente Regional de COPEI. Cargos y representaciones Presidente del Concejo Municipal de Sotillo. Diputado a la Asamblea Legislativa. Secretario General de Gobierno Gobernador del Estado Anzoátegui (E) Trabajos de investigación publicados: “Personajes Notables de Oriente” I y II (coleccionables de El Tiempo) Trabajos de investigación próximos a publicarse: “Historia Constitucional del Estado Anzoátegui” y “Apuntes para una geografía física del Estado Anzoátegui” Poeta. Poemarios “Cinco Pañuelos” Fondo Editorial del Caribe. Y “Las mismas piedras, las mismas” Columnista Diario El Tiempo y Semanarios “La Razón” y “Quinto Día”.

sábado, 24 de octubre de 2009


José Antonio Anzoátegui
un soldado espartano


por Victor Gil, Noviembre 14, 2006

José Antonio Anzoátegui ha sido una de las figuras históricas más esforzadas de Venezuela pero al mismo tiempo también una de las menos reconocidas por el resto de la sociedad que reside más allá de la entidad que hoy lleva su nombre. Tal vez esto se deba a la brevedad de su vida, murió al comenzar el día siguiente de su trigésimo cumpleaños, el 15 de noviembre de 1819
BARCELONA.- José Antonio Calletano de La Trinidad Anzoátegui Hernández nació el 14 de noviembre de 1789 en el barrio El Arroyo, cerca del centro de la ciudad de Barcelona, que en aquellos tiempos era ya uno de los más importantes poblados de la Capitanía General de Venezuela, creada por Carlos III hacía apenas doce años atrás. Dependía entonces Barcelona de la Provincia de Nueva Andalucía cuya capital era Cumaná.


Anzoátegui ha sido una de las figuras históricas más esforzadas de Venezuela pero al mismo tiempo también una de las menos reconocidas por el resto de la sociedad que reside más allá de la entidad que lleva su nombre. Tal vez sea por la brevedad de su vida, murió al comenzar el día siguiente de cumplir treinta años apenas, el 15 de noviembre de 1819.

Su relampagueante heroicidad cruzó el cielo de la gloria con una ráfaga sostenida de entrega, sacrificios y valentía, inspirado en una disciplina espartana, rígida, indoblegable que no cedía espacios a la deslealtad ni al desapego, ni concedía ámbitos al descuido. Todo en él era organización y cumplir con el deber era su misión permanente.

Cuando la Patria inició con balbuceos a deletrear la palabra independencia e intentaba sus primeros pasos hacia la libertad y el republicanismo, se arrojó a los brazos de la gallarda gesta con todo el furor de intensa pasión que caracterizó su electrizante y brevísima vida.

Gesta vitalicia

En 1810 fue uno de los agitados jóvenes que el 27 de abril proclamaron la independencia de la tierra barcelonesa; él, los Freites, los Godoy, los Guevara, Manuel Reyes Bravo, Pedro Carujo, una pléyade de nacientes estrellas que irían a verter su sangre entre los chamizales del llano, los arenales de la costa, las húmedas selvas y sobre los caminos urbanos.
Conoció la derrota en Sorondo, ahí, en el costado izquierdo del Orinoco. Pobló con sus huesos y elegante estampa la salobre cárcel de La Guaira cuando cayó la Iª República. Bolívar lo liberó en 1813.


Sirvió bajo las órdenes de Campo Elías y Mariño en aquel sueño retomado de la II República que va a ver frustrada un año después y se ve precisado a migrar con los restos de población de aquella Caracas humillada y tropa avergonzada hacia el occidente, con Urdaneta a la cabeza. Anzoátegui va dejando jalones de valentía y arrojo en San Carlos, en Barquisimeto, en la primera de Carabobo, en Valencia, en Mucuchíes

En 1814 acompaña a Bolívar y se destaca a su lado en las campañas de Bogotá, Cundinamarca y en la toma de Santa Marta, en la actual Colombia. La suerte no le fue propicia en aquella ocasión de indefiniciones y juntos, Anzoátegui y Bolívar, huyen a las Antillas. De Haití, vendrá de nuevo al rescate de la patria subyugada, es 1816, batalla en Carúpano, sigue a Ocumare en donde se rompen la líneas patriotas y Bolívar queda aislado.


Anzoátegui sigue hacia los llanos y oriente bajo las órdenes de Mac Gregor y Soublette, vencen en Onoto, en La Victoria, en Chaguaramas. En Barcelona se une a la imantada y trágica personalidad de Manuel Carlos Piar. Ganan El Juncal, Maturín, Paso del Caura. Coronel, ascendido por Piar.


En 1817 asedió y tomó Angostura, hoy Ciudad Bolívar, triunfa en Guayana la Vieja, y contra el gran general español Miguel de la Torre, se imponen, él y Piar, en las afueras de San Félix.


General de Brigada, ascendido por Piar. Ese mismo año forma parte del jurado que sentenció a Piar a ser fusilado por "traidor", su voto pedía degradación. Fue un amargo cumplimiento del deber mayor: la Patria, sobre los amores y el íntimo dolor.
Vínculos libertadores


Entonces se estrechan las vinculaciones militares con el Libertador, cultivan la amistad que llevaría a Bolívar a tener en Anzoátegui vivas esperanzas para las campañas que su mente febril ya dibujaba por el continente americano. En 1818 combate junto a Bolívar en El Sombrero y derrotan a Pablo Morillo. Crece su nombre y su fama. Cae en el Semen (Aragua) frente al mismo Morillo. Combaten junto en Ortiz.

Bolívar le asigna la responsabilidad de ir a efectuar una tarea con ribetes de casi irrealizable: disciplinar las tropas de llaneros que Páez ponía a la disposición de la causa patriótica en estado casi bárbaro. Instruirlos en estrategias militares, capacitarles en el manejo de las armas, en el orden durante la brega, en la obediencia a las ordenes impartidas, formarlos en la comprensión táctica, hacerlos soldados más que salteadores de caminos y vegas.
Con Páez lucha contra La Torre en Cojedes; contra Morillo en Caujaral y, finalmente, en La Gamarra el 27 de marzo de 1819, en Apure.


Entonces llega la plenitud de la gloria y el más profundo abatimiento de la pena. Cruzar los llanos en "invierno". El paso de los Andes. Boyacá: ¡La apoteosis! Pamplona: ¡La hecatombe!
En carta que le escribiese a su esposa, "mi muy pensada siempre querida Teresa", al referirse al paso por los llanos en plena época de lluvias, le indica: "El Libertador, que saca partido a todo, se ha prevalido de esta situación para llevar a cabo la empresa más arriesgada que pueda imaginarse: la de invadir Nueva Granada atravesando los llanos de Apure, de Arauca y de Casanare, en lo más crudo del invierno, y luego la Cordillera de Los Andes… Figurarse lo que fueron esos días caminando por entre el agua, nadando a trechos será cosa imposible. Los llanos estaban inundados, parecían un mar literalmente, había que vadear y pasar a nado los ríos, los caños y los esteros… los soldados casi desnudos durmiendo en el agua amarrados sobre sus caballos." "Durante siete días marcharon las tropas con el agua a la cintura llevando por abrigo sólo una deshilachada frazada".

Después de atravesar este mar de aguas plenas de caribes, serpientes de agua, caimanes y alimañas llegaron al pie de la cordillera, al páramo de Pisba, hoy parque nacional, con casi 45.000 hectáreas de extensión, en la Cordillera Oriental de los Andes Colombianos
Entrega por un ideal

Comenzaría un episodio de la historia mundial equivalente a aquel en donde Aníbal Barca, en el 218 A. de C., atravesó los Alpes desde Hispannia para invadir a Roma con cien mil hombres y 80 elefantes; o aquel otro cuando Napoleón cruzó también Los Alpes para derrotar a los austriacos en 1800: El Paso de los Andes.


En este portentoso ejercicio de asombrosa capacidad para la entrega humana a un ideal sublime tuvo destacadísima actuación José Antonio Anzoátegui, animando a la tropa que desfallecía, socorriendo a los exhaustos soldados, escogiendo los mejores senderos por los cuales conducirse en medio de los farallones de angustia y los ventisqueros cortantes de aquel insólito paraje a más de 4.000 metro de altitud

El 11 de julio combate en Gámeza, ya en Nueva Granada, junto a Bolívar, derrotan a Barreiro. En Bonza gana nuevamente a los españoles y el 25 de julio de 1819 derrotan, Anzoátegui y Bolívar, al ejército realista en Pantano de Vargas. El 7 de agosto en Boyacá logra la hazaña de conducir dos regimientos a la misma vez, el centro y la derecha, junto a Santander y Bolívar se corona de gloria al libertar a la Nueva Granada. Nace Colombia.


Casi 100 días después, en la hermosa y apacible Pamplona, le sorprenderá su fatal sino misterioso en mitad de un banquete en donde su escasa y recortada sonrisa iluminaba un rostro adusto, severo pero que ese día de celebraciones lucía amable, descansado, despreocupado… delante suyo danzaba la muerte con un disfraz dorado de diosa llamándolo a la gloria.

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