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Nació en Guanta, Edo Anzoategui en 1.948, muere en Caracas el 24 de marzo de 2.010 Profesor graduado en el Instituto Pedagógico de Ccs Especialista en Historia y Geografía. Abogado. Postgrado en Dcho Administrativo. Experto en Dcho Municipal. Diplomado en Dcho Marítimo. Miembro del Colegio Nacional de Abogados. Periodista. Especialidad en Periodismo Corporativo. Miembro del CNP Estudios de Ciencias Políticas. UCV Productor Nacional Independiente Nº4.250 MCI. Locutor Certificado MTC.Nº 10.862. Presidente Regional de COPEI. Cargos y representaciones Presidente del Concejo Municipal de Sotillo. Diputado a la Asamblea Legislativa. Secretario General de Gobierno Gobernador del Estado Anzoátegui (E) Trabajos de investigación publicados: “Personajes Notables de Oriente” I y II (coleccionables de El Tiempo) Trabajos de investigación próximos a publicarse: “Historia Constitucional del Estado Anzoátegui” y “Apuntes para una geografía física del Estado Anzoátegui” Poeta. Poemarios “Cinco Pañuelos” Fondo Editorial del Caribe. Y “Las mismas piedras, las mismas” Columnista Diario El Tiempo y Semanarios “La Razón” y “Quinto Día”.

martes, 20 de octubre de 2009

Sotillo, Puerto Mar, Posada Abierta.


Historia

Sotillo: Puerto de mar, posada abierta

Entre tonos tristes y cantos de galerones y polos dolientes, bebieron ron del Muco, que es un pueblo montaraz de Sucre, y bautizaron a este recodo marítimo tan agradable como el Puerto de la Cruz

Víctor gil

PUERTO LA CRUZ.- La costa desde Guaraguao hasta el Morro de Barcelona se arremansa, se arrima con cuido a las arenas, porque la mar viene en la avería de cruzar desde las islas y reventar farallones, así que llega hasta aquí con la espuma casi, con las calmas de aguas dormidas, por eso Candelaria Alfaro, la que había sido mujer del maneto Martínez, había abierto posada en lo cercano de la orilla desde donde se encandilaba tarde a tarde con aquellos destellos de candela marina.Ella puso esa posada para que los trajines de aquellos pescadores, hombres salados que andaban por sobre las aguas como por sobre sus mismas casas, allí pudieran comer comida decente, carne de res guisada con papas y sopas calientes y no solo el insolente funche de marear con espinazos salados de lisa que se servía. También para que se sacaran el salitre del cuerpo y los cabellos con el agua de La Lajita que manaba casi a flor de tierra en el patio trasero de la pensión. El inicioAllí al costado, al pie del promontorio del color de las tinajas armó un techado de palmas traídas de los lejanos valles de Guanta y colocó encima de la mesa de puy, que le había fabricado un arayero de Araya, Concho Ribero, un mantel de madeira finamente bordado con hilos de seda y pedacitos de cinta de tafetán marfil, que lo tenía guardado para cuando su hija mayor se casara… pero no se casó, se la robó en una madrugada un indio feísimo de los lados de Caigua que la enamoró con mañas que solo saben los palenques de esos lomeríos. Allí, entre flores de amapolas blancas y cayenas rojas, colocó el crucifijo que le había bendecido en la iglesia de Santa Catalina de Carúpano el padre Carlo Beni, siciliano.En tonos tristes y largos, en la noche, los navegantes del viento cantaron galerones y polos dolientes, bebieron ron del Muco, que es un pueblo montaraz de Sucre, y bautizaron a este recodo de mar tan agradable como el Puerto de la Cruz. Era el siglo XIX, más acá de 1868, que fue el año en que salió preñada de uno de los cantadores Ana María, culisa güireña.De ahí se pasó a caserío, la aldea se empeñó en poblado, vino el cumanés Chuíto Labastidas y puso un bar y unas cartas de jugar y unos dados negros de ébano cubano y unas botellas de brandy, que hacían arder por dentro y por la piel. A aquel escaso ámbito de humo y tufo era a adonde venían ácidos de sudores los hombres que tendían los rieles del ferrocarril que desde los socavones de Naricual llevarían aquel azufre oscuro al volcadero de Guanta, que tiene una bahía como la barriga del dueño de aquel botiquín que se llamó pomposamente "Sota de Oro". Vino el ferrocarril con sus pitos de zumbido y polvareda, a su lado, calle por medio, pasaban los ganados en tropel hacia los corrales del Ñero Zapata y de ahí a las barcazas que lo transportaban a las Antillas.Esfuerzo conjuntoSe recogió dinero, de a puya, de a locha, de a cuartillo, de a medio, de a real, de a peseta y hasta de a fuerte y se pudo levantar la primera iglesia para la Santa Cruz, allí cerca de donde Candelaria había puesto su mantel de madeira hacía ya noventa años. Ya había lugar santo de rezar y de bautizos, de boda y de llevar a los muertos a que se les perdonara sus pecados que no habían confesado, y siempre que había cura se los perdonaban, si no, no.Después tumbaron esa iglesita y le hicieron una placita al general Monagas que había tenido casa al frente de aquel mar de explosiones vespertinas. El viejo Monagas creería que aquellos arreboles eran una de sus guerras, la de Aragua tal vez, de donde Bolívar, decía él, salió huyendo en un caballo negro. Por ahí también vivió Potentini, poeta él, y murió también, murió un día que la quebrada de Chuparín inundó hasta el féretro en donde estaba aquel pulcro poeta vestido de negro.Cuando era el año treinta y seis comenzaron a llegar los aviones, la gente se iba en unas como procesiones con paraguas y sombreros de cogollo, con bastimento y pimpinas de agua caminando por la orilla de la vía férrea para ver como caían al mar aquellos aparatos y no se hundían en el mar de bronce oscuro de la bahía de cangrejos que era Guanta.En esos años ocurrió que el profundo mar de brea que subsuela las Mesas del Guanipa fue desvirginado por los taladros de los musiúes y los afanes de los margariteños y entonces fue la larga tubería como una enorme culebra macaurel que trajo aquel aceite espeso hasta la Playa de las Mulas para llenarle el vientre abombado y liso al "Gulf Bird". Se necesitaron hoteles y vino el Polo Norte y el Europa. Había muchos hombres solos venidos de todas partes y se calentó la noche porteña con el Zanzíbar, el Seamen Club, la Cumbre, la Estrella, la Luna y a su lado los familiares Danubio Azul, la Mexicana, y los Clubes privados.De aconteceresEl mundo afuera se maltrataba de cañones, acorazados, aviones tronantes, la muerte era la dueña de las escenas lejanas que la radio describía en las tardes de calidas brisas del puerto. Medina Angarita, que había estado sirviendo por estas tierras en el resguardo marítimo como joven teniente, era el presidente de Venezuela. Una cosa llamada política enamoraba de primogénita ocasión a los muchachos de aquella casi feliz acumulación de domicilios apìñados entre los espinosos yacales de Chuparín y la plácida arena del Güichere, donde morían varados los toritos de mar, o la Casa del Pilotaje con sus hombres de kaki.Los jóvenes llenos de espumas se reunían en los bares, se organizaban, planificaban, redactaban las peticiones autonómicas, hablarían en nombre de Guanta, de Pozuelos y de Puerto La Cruz y así lo hicieron. Ahí estaban Luis Carlos Calatrava, Carlos Delgado Ontiveros, Saúl Perdomo Campos, Manuel Marcano Octavio, Vicente Guillén, Ovidio Adrián Marrero, Modesto Rodríguez, Jorge Yibirín Maú, Ernesto Franco, Arturo Salazar, Armando Rodríguez, Yolanda de Suárez, Cosme Astudillo, Tarcisio Díaz Boada y Dámaso Villarroel, entre otros muchos. El 06 de enero de 1944 la Asamblea Legislativa del Estado Anzoátegui aprobó por unanimidad la separación de aquellos municipios, Puerto La Cruz, Guanta y Pozuelos, del Distrito Bolívar que con tanto ahínco demandaban los porteños y a partir de entonces se crea el Distrito Sotillo.Era, tal vez, no se sabe según Pepe Gomez, un homenaje al anciano soldado que vivió sus últimos años frente a ese mar de Los Cocos y quien a los ochenta y dos años , junto a su compadre José Tadeo, hicieron salir huyendo al propio presidente Mariscal Falcón. Hace poco, casi ayer.Desde 1944El 6 de enero de 1944 la Asamblea Legislativa del Estado Anzoátegui aprobó por unanimidad la separación de aquellos municipios, Puerto La Cruz, Guanta y Pozuelos, del Distrito Bolívar que con tanto ahínco demandaban los porteños y a partir de entonces se crea el Distrito Sotillo.

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