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Nació en Guanta, Edo Anzoategui en 1.948, muere en Caracas el 24 de marzo de 2.010 Profesor graduado en el Instituto Pedagógico de Ccs Especialista en Historia y Geografía. Abogado. Postgrado en Dcho Administrativo. Experto en Dcho Municipal. Diplomado en Dcho Marítimo. Miembro del Colegio Nacional de Abogados. Periodista. Especialidad en Periodismo Corporativo. Miembro del CNP Estudios de Ciencias Políticas. UCV Productor Nacional Independiente Nº4.250 MCI. Locutor Certificado MTC.Nº 10.862. Presidente Regional de COPEI. Cargos y representaciones Presidente del Concejo Municipal de Sotillo. Diputado a la Asamblea Legislativa. Secretario General de Gobierno Gobernador del Estado Anzoátegui (E) Trabajos de investigación publicados: “Personajes Notables de Oriente” I y II (coleccionables de El Tiempo) Trabajos de investigación próximos a publicarse: “Historia Constitucional del Estado Anzoátegui” y “Apuntes para una geografía física del Estado Anzoátegui” Poeta. Poemarios “Cinco Pañuelos” Fondo Editorial del Caribe. Y “Las mismas piedras, las mismas” Columnista Diario El Tiempo y Semanarios “La Razón” y “Quinto Día”.

martes, 6 de agosto de 2013

En mi pueblo Vive el Tiempo. (noviembre de 1.984) Victor Gil

A mi pueblo, desde hace tiempo el tiempo viene cambiándolo. Yo tengo 35 años y me acuerdo de un pueblo hermoso y pequeñito, oliente a coco rancio, a donde llegaban extraños señores aboinados con unas cajas color de pino llenas de tubos que al apretarlos brotaban desusados colores de palometas que ellos mezclaban sobre unas tablitas y entonces, en lienzos como almidonados, el cerro “Bellorin” se aparecía de un hermoso color como morado y las casas de Esther Ron la maestra, y la casa de Luisa Calzadilla, a quien se le murió su hija Juanita de un mal parto, y la de los Serrano, donde vivía una señora con el cachete como soplado, y todas las casas sde aquella calle piso de tierra, iban poniéndose una al lado de otra, como en un desfile de rojos, de amarillos, de azules, y para mi que los pintores, que hablaban musiu, estaban haciendo como una foto de almanaque de los que repartía el turco Juan en diciembre. Mi calle, la Calle “Los Desamparados” debe estar colgada por ahí, por el mundo, en alguna pared, o al mejor esta en el fondo del mar porque marinos pintores naufragaron o se arrepintieron de pintar cosas tan pobres; pero cuando pienso en mi pequeño pueblo no puedo dejar de pensar que fue motivo para pinceles. Y también me acuerdo permanentemente de una niñita delgada de ojos garzos y de tez trigueña, que los domingos se ponía un vestido de tiras bordadas y encvajes de color rosado para solo columpiarse en el propio borde de la acera y que prendió dijes inoxidables en nuestro corazón. En aquel pueblo de nosotros, pero muy particularmente mío, a veces se soltaban toros que traían para sacrificar en el matadero de la calle Anzoátegui, por donde vive Maritza Hurtado, donde el viejo”Nero” Zapata era el rey de los matarifes, y entonces era una corredera general todo el mundo cerraba las puertas para que no los encachara el toro. Alli a ese matadero íbamos los muchachos a buscar cachos de toro para coger cócoras, que ahora llaman cigarras, uno las amarraba a una vara, las mejores eran latabravas de Guarimatra porque eran livianitas, uno las metía debajo de las cócoras y zuas! caían adentro haciendo pish, pish, cloah, cloah. Uno les cortaba las alas; yo cogi 17 y tu?..¡para que cogeríamos a las chicharras?. Después vino de Cumana un Muchacho de apellido Arriojas y nos enseño que mejor se cogían con potes de Quaker, allí comenzaron a declinar los cachos de toro, por eso, pensaba yo, habían cerrado el matadero, porque ya nadie buscaba los cachos de toro para cazar cócoras. Cuando cerraron el matadero a “Ñero” Zapata no le quedo mas camino que meterse a sobador y a curador de puyadas de sapos de Mar, el curaba con la Biblia, con la biblia y con tabaco en rollo que mascaba y mascaba y luego lo guardaba en sus sombrero de cogollo blanco. “Ñero” no creyó nunca que era verdad que el hombre había llegado a la luna “Eso lo hizo Dios para caga, y nadie lo vaya a esta viendo hace su necesaria” Ñero Zapata y Antón Lares, que era pescador y conuquero, son unos seres inverosímiles en mis recuerdos del Pueblo. El Pueblo era como llamaban al centro del pueblo, lo demás era La Picha. Yo lei alguna vez que La Pichase llamaba así por un francés que vivio en esos sitios, hace tiempo, dicen que huyendo de Cayenne, de apellido Le Piche, tenia , según muchos chivos, cuando el murió, su mujer quedose con los terrenos pero no los cuidaba y la gente se fue metiendo y construyendo, como eran altos terrenos, cuando crecia la quebrada, la gente decía “Vamonos para la picha” y corrian en una como procesión para donde la Señora Le Picvhe, con sus ropas y bojotes y hasta con camas, hasta que la Mar de aguas de la quebrada bajara. La quebrada antes crecia solo cuando la culebra de siete cabezas que vivía en el cerro “El Toro” se movia, pero entonces Santos Pesao, que la vigilaba tomaba su potente botuto y avisaba: “Tuuuuu tuuuuu tuuuuuu” para que las lavanderas levantaran su ropa, aun estando embostada, y para que el viejo Bernardo Rizales levantara las tortas de cazabe del suelo y amarrarse los tambores de kerosén para que no se los llevara la creciente, aunque hasta la casa de los Rizales no llegaba casi nunca la creciente. Hoy, no, hoy la quebrada crece vulgarmente cuando llueve hacia la Sirena. Antes en la Sirena vivian “los encantados” y a mucha gente del pueblo se la llevaron y les clavaron sus colmillotes ocultos bajo sus sombreros negros. La gente cuando iba a la Sirena llevaba dientes de ajo, no ve que los encantados no toleran el ajo, también les decían cuando ellos salían: “vuelve por sal” y entonces los encantados salían esflechados porque a ellos lo les gustaba eso. De mis recuerdos me acuerdo y si me lo permiten se los iré contando poco a poco como los pasitos cortos de aquel viejo a quien volvió loco Carlitos Farías y al que llamaban "Ligerito" quizás más loco que "Barbujillo" pero menos peligroso
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